¿Nunca les ha pasado que tienen que enterarse por medios extranjeros de las maravillas locales? Lo viví hace poco, porque a pesar de haber escuchado acerca de este cenote, nunca le había prestado la suficiente atención. Así que les dejo una breve presentación del Cenote Angelita. Y luego me dicen si no se sienten orgullosos de vivir aquí.
Como suele suceder, existe poca información local respecto a este cenote, pero eso no quiere decir que haya pasado desapercibido. Está ubicado a menos de 20 km de Tulum, y es un paraíso para el buceo: 60 metros de profundidad de los cuales los primeros 30 metros son de visibilidad perfecta. Pero lo mejor se encuentra al terminar esa primera mitad.
Una vez recorridos estos 30 metros, uno se topa con algo único: un río subterráneo dentro del cenote. Bueno, en realidad no lo es. Son los segundos 30 metros formados por el punto en donde se juntan el agua dulce y el agua salada que proviene del mar, creando una capa de sulfuro de hidrógeno. No estoy muy segura si esta es la explicación adecuada (reporto lo que investigo), pero es lo mejor que pude encontrar en el sitio oficial del Cenote.
Algo que me perturbó un poco entre lo que leí en el sitio oficial del Cenote es que dicen: ‘’no hay baños, pero hay mucha selva disponible’’, y lo hacen ver como algo común, y esperado entre los amantes de la naturaleza. Deberíamos hacerle una explicación a los administradores del lugar acerca de la razón por la que abundan los cenotes en esta área, y la importancia de tener un baño (construido de manera adecuada y que respete la naturaleza del lugar).
De cualquier forma, la vista que ofrece vale la pena. Y no se preocupen, no es nada venenoso o traga-humanos, y es muy seguro sumergirse (con excepción de algún que otro golpe con las ramas que puedan encontrarse por el camino).
Para terminar les dejo unas fotos del fotógrafo Anatoly Beloschin (si les llama la atención el buceo, y la fotografía, este es su sitio) y a ver qué les parece este tesoro escondido.
